Pensamiento positivo y meditación:
El cuerpo necesita una mente equilibrada para mantener el control. Para el yoga, el pensamiento positivo significa capacidad para comprender y vivir de acuerdo con las “más altas aspiraciones del ser humano”. La práctica regular de la meditación ayuda a conseguirlo, porque nos invita a iniciar un camino interior para conocernos mejor y desarrollar todo nuestro potencial.
Los beneficios para el emprendedor
Los beneficios del yoga son para todos, también para los emprendedores. Estos son algunos de los beneficios que consigues con una práctica regular:
Orientación al logro: al practicar yoga nos concentramos en la postura y la respiración con el objetivo de ejecutar la asana a la perfección. Esa búsqueda de la excelencia es un hábito imprescindible para alcanzar los objetivos que nos proponemos.
Claridad de ideas: el yoga nos aporta claridad mental, aumenta nuestra capacidad de concentración y facilita la toma de decisiones con la mente despejada, lo que nos evitará rectificaciones y tener que dar marcha atrás.
Flexibilidad y capacidad de adaptación: con la práctica del yoga exploramos nuestro cuerpo y nuestra mente buscando los límites hasta donde nos sentimos cómodos al realizar una postura. Esto produce un aumento de nuestra flexibilidad y una capacidad de adaptarnos a situaciones nuevas.
Autoconfianza y autocontrol: el yoga nos ayuda a la superación de miedos, disminuye la tendencia a reaccionar con rabia o tristeza ante las situaciones y nos mantiene optimistas y con un pensamiento realista y productivo
Tenacidad y persistencia: la practica de la disciplina yóguica, nos da una gran resistencia, que empezamos a disfrutar al poco tiempo de empezar a practicar. La disciplina diaria aumenta nuestra tenacidad y persistencia y nos inmuniza en gran medida a la frustración.
Eficiencia personal: el yoga disminuye el estrés, favorece la concentración y la capacidad de razonamiento, lo que nos hacen ser más eficientes en nuestras tareas diarias
Equilibrio y anti estrés: el yoga es un antídoto para la ansiedad porque aprendemos a respirar mejor, teniendo más energía y calma interior. También nos trae armonía interior, que nos ayuda a dormir mejor
Aumenta nuestro capital físico: los Yoga Sutras afirman que “el yoga nos hace atractivos, bellos, firmes y fuertes”; disminuye el envejecimiento cuidando la columna vertebral, contrarrestando el deterioro de las células limpiando el cuerpo de toxinas. Es un arma contra el sedentarismo.
Te presentamos algunas poses de yoga que puedes hacer sin siquiera abandonar tu escritorio:
1. Gira la columna De acuerdo con Blaine, esta postura ayuda a liberar la tensión de la espalda que se crea cuando pasas mucho tiempo sentado.
Planta tus pies en el piso y alarga la columna, manteniendo tu cabeza alineada con tu coxis. Cruza tu pierna derecha sobre la izquierda y, cuando exhales, gira desde tu estómago hasta la parte superior de tu pierna, permitiendo que tu tronco y cabeza le sigan hacia el mismo lado izquierdo. Mantén la pose de 30 segundos a un minuto y después hazlo con la otra pierna.
2. Inclínate sentadoSiéntate en el borde de tu silla, planta los pies un poco más abiertos que tus caderas, de tal forma que tus hombros puedan caber entre tus rodillas.
Para aquellas personas que tienen poca flexibilidad o una espalda baja sensible, recárgate hacia delante, dejando tus antebrazos en tus rodillas y estira la columna inclinándote hacia delante. Si puedes llegar más lejos, deja caer tus hombros entre tus rodillas para que tu cabeza cuelgue hacia el peso.
“Esta postura lleva oxígeno fresco al cerebro y le da a los discos un espacio necesario entre ellos”, afirma Huffman.
3. Junta las manosEsta postura es una variación de Urdha Hastasana o saludo. Estira los hombros y las axilas, lo que ayuda a aliviar la ansiedad y mejora la circulación en la espalda y brazos.
Siéntate derecho y pega tus huesos a la silla. Imagínate que tienes un hilo atado desde lo alto de tu cabeza que lentamente sube el cráneo, y permite que haya espacio entre tus vértebras. Inhala y levanta los brazos hacia el cielo con las palmas pegándose, asegúrate que relajas tus hombros lejos de tus orejas. Abre los dedos y ciérralos como puños seis veces. Mantén la espalda estirada y asegúrate de que tu caja torácica no esté saliente. Exhala y baja las manos.
4. “Mi bella genio”Súbete en tu silla y dobla tus brazos a la altura de los hombros como si fueras un genio, manteniendo el torso estable. Balancea tus brazos de un lado a otro en esa postura, manteniendo tu caja torácica y tu columna estables.
“Todos tenemos los músculos espinales apretados. Esta postura rompe la tensión en esos músculos”, afirma Blaine.
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